Aliento del Cielo
Julia Castro
DE EL ES EL PODER
“Dios es el que me ciñe de fuerza, y quien despeja mi camino; quien hace mis pies como de ciervas y me hace estar firme sobre mis alturas…” 2da. Samuel 22:32-34.
Cuán maravilloso es Dios! Puedo sentir en lo profundo de mi corazón lo que la palabra de Dios nos muestra en todo momento, aunque se que muchas veces las decimos, pero no estamos convencidos de la grandeza de Su poder. Nuestra fuerza no depende de nosotros, sino de él. En este Capítulo 22 de 2da. Samuel habló David un cántico a Jehová por haber sido librado de los enemigos, así pasa en todas las épocas, siempre habrán enemigos ocultos, gigantes que se quieren levantar, muchos que se dicen amigos y que a la verdadera hora entendemos que están disfrazados, pero ahí está el Señor que escucha y podemos decir como David “Dios es el que me ciñe de fuerza, y quien despeja mi camino…” Hemos pasado por momentos de gozo, tristeza, angustia, tormento, dificultades y no sabemos a quién clamar, aunque realmente debemos superar se nos hace imposible si no reconocemos que El siempre está a nuestro lado en todo tiempo observando cada una de nuestras reacciones. En el Verso 37 dice “Tu ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.” Una palabra de confianza fue dicha por este hombre, y esa misma palabra debe estar siempre en nosotros reconociendo en nuestro transitar en quién hemos puesto nuestra mirada. La Biblia muchos dirán pero dónde está que no lo veo; quizás otros dirán yo le rezo a algo que yo veo; pero quiero decirte que tenemos Su palabra y en ella encontramos cómo y por dónde caminar y en quién confiar. Hace entender al que está confundido, dirige al que anda extraviado, amonesta a aquel que vive apartado de Sus promesas, trae paz al que está atormentado, es refugio al que está abatido, trae consuelo al triste y desconsolado; es por esa razón que el salmista David dice que “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples”, es porque es la misma palabra de Dios entendible a todas las edades, pues su finalidad es que todos la atesoremos. Dice el Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”; en este verso encontramos una enseñanza maravillosa, pues nos damos cuenta que cuando hacemos contacto con esta palabra no tendremos tropiezo, pues ella nos va llevando por el camino más seguro, por el cual no vamos a caer. Esa palabra es la que nos muestra la senda por donde tenemos que caminar y sabemos donde vamos a pisar. Podríamos visitar todas las bibliotecas del mundo buscando un libro cuyo autor nos guiara sin temor y que depositemos toda nuestra confianza; pero sin lugar a dudas tengo que decir que sólo en la Biblia podemos conseguir ese amigo que se dedica día a día a instruirnos y a llevarnos de la mano y a levantarnos si hacemos intento de caernos. A través de Su palabra podemos reconocer Su poder y Su grandeza, Su amor inefable, Su misericordia. La única forma que tenemos de ser guardados de todo peligro en el camino es siendo obedientes a las ordenanzas de nuestro Dios. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guarder tu palabra.” Salmo 119:9; se hace necesario que entendamos que a Dios tenemos que ponerlo por delante, pues es él quien en su infinito amor va a socorrernos, va a librarnos de las perversidades, va a contender con los gigantes que se nos atraviesan en el camino, es él que con su luz nos va a mostrar a nuestros enemigos y nos hará reconocer los que se quieren levantar contra nosotros. Salmo 37:23 “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino”. El hombre no tiene escapatoria, si no desea someterse a Dios podrá recorrer muchos caminos tratando de llegar a diferentes metas; pero siempre estaremos luchando conta gigantes que no les gusta nuestra manera de ser ni de pensar, y es entonces que tendremos que gritar por ayuda. “El Dios que venga mis agravios, y sujeta pueblos debajo de mí; el que me libra de enemigo, y aun me exalta sobre los que se levantan conta mí.” (Versos 48-49
“aprueba”, o da la orden para marchar, para ejecutar. Expresa el salmista con confianza y seguridad de donde viene todo lo que él posee y quien lo ha puesto en el lugar donde él está en este momento: “Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino” Salmo 18:32. De la única manera que nosotros podremos obtener frutos agradables delante de Dios es reconociendo nuestras imperfecciones y de las cosas inmundas que está lleno nuestro corazón; es fácil querer justificar nuestras aptitudes diciendo que ésto o aquello nos disgusta, pero tendremos que dar cuenta de lo que despreciamos; pues El que nos ofrece lo mejor para nuestras vidas es el mismo que nos llama a servirle. Lo mejor que podemos hacer para tener una vida plena y llena de triunfos es aceptar la invitación que el Señor nos hace en Proverbios 3:6 “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Deja que él guie tu camino y llegarás seguro donde vayas y todo lo que emprendas dará buenos resultados. Dios te bendiga.