Aliento del Cielo
Julia Castro
DAR POR GRACIAS LO QUE POR GRACIA HEMOS RECIBIDO
“…….de gracia recibisteis, dad de gracia.” Mateo 10:8
“Momentos de dar gracias” no sólo es cuando recibimos regalos o por la celebración de un día específico, es en todo tiempo, pues “la gracia de Dios” no se refiere a un tiempo nada más; se refiere a nuestra escencia, a todo lo que somos, a todo lo que hemos recibido no importando lo que fuimos, lo que somos y lo que habremos de ser. Se nos olvidan muchas cosas por las cuales agradecer y el Señor nos recuerda en 1ra. Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias a Dios en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Nos da tristeza cuando vemos como algunas personas cambian de un momento a otro, cuando nos dan la espalda aquellos que han estado con nosotros por tanto tiempo, compartiendo buenos momentos y también algunos no muy buenos y de repente sentimos que nos echa de lado; es tiempo para rememorar y sin pérdida de tiempo poder decir “gracias Dios” por todo lo que recibimos de ti y ahora voy a dar a otros lo que aprendí, sin importar lo que los hombres hagan con nosotros, sino siendo agradecidos de lo que tú has hecho en nosotros, pues le estamos diciendo al Señor “gracias Dios por tú propósito”. 
En Mateo 10:5-8 encontramos a Jesús cuando envío a los discípulos y les dio instrucciones de qué hacer, por dónde caminar y a quiénes ir. Lo primero que les dijo fue: “Id antes a las ovejas perdidas, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” Debemos dejarnos llevar de lo que él nos ordena. Nuestra vida completa entregarla en obediencia a Dios, cumplir con él antes que con los hombres; pues Dios es amor y nos ha dotado de ese amor para que hagamos lo que él hace, para que nos amemos los unos a los otros. Fue por Su gracia que tomó nuestro lugar, fue por Su gracia que ha llenado nuestras vidas para enseñarnos a acercarnos a los que necesitan, fue por Su gracia que nos ha rodeado de favores y misericordias para que podamos mostrar misericordia, fue Su gracia depositada en nosotros la que nos muestra las precariedades de los desvalidos para que retomemos fuerza para levantarlos, fue por Su gracia que hemos aprendido a buscar pan para quienes lo necesitan, fue Su gracia que nos enseñó que si él derramó Su sangre, lo hizo para darnos salvación y vida eterna.
Recibimos Su perdón Su gracia nos revela tal como somos ante su presencia, sin importar quienes somos y que hemos alcanzado, Su gracia nos ha hecho libres, para que le digamos al mundo que en él hay libertad. En este tiempo de elevar una palabra de gratitud a Dios, es tiempo para reflexionar quiénes somos, a qué grupo pertenecemos, cuál es nuestro círculo, pues Dios no hace acepción de personas y Su gracia es para todos por igual. Se hace difícil externar nuestras inquietudes, ya que hemos aprendido que por causa de los mismos desatinos del tiempo ya no hay nadie en quien confiar; pero Su gracia nos demuestra que él es nuestro amigo incondicional, que por Su gracia podemos alcanzar a otros, Su gracia nos hace más que vencedores, Su gracia nos sostiene. Estamos llamados a “Dad gracias a Dios en todo”, pues lo que hemos recibido de Dios es Su aprecio por nosotros para que no desmayemos, para que no volvamos atrás, para que los que nos desprecian, se burlan, nos menosprecian, algún día puedan darse cuenta de que la “gracia de Dios es más que suficiente” y porque Su gracia está en nosotros podemos demostrarles a otros que todo lo que tenemos lo recibimos por gracia.. Demos gracias a Dios por Su gracia y seamos de bendición mostrándosela a los demás. Dios te bendiga.
