Medicina Al Dia
Dr. De la Cruz
Rinitis (3)
Tratamientos
Si el origen de la rinitis se asocia a un alérgeno concreto, como por ejemplo los ácaros del polvo doméstico, el tratamiento de la rinitis sería evitar que el alérgeno entre en contacto con el paciente.
En el caso de los ácaros, por ejemplo, unas buenas medidas preventivas ayudan a reducir su impacto, como poner fundas especiales en el colchón, lavar semanalmente con agua a más de 60 grados centígrados la ropa de la cama y quitar las moquetas y alfombras de la casa.
Sin embargo, no siempre es así de sencillo rehuir el foco de riesgo –entre otras razones, porque la persona alérgica lo suele ser a varias sustancias a la vez, no todas ellas fácilmente controlables-, por lo que en la mayoría de los casos y más en aquellos en los que la causa de la rinitis es intrínseca o desconocida, la acción terapéutica debe sustentarse en el empleo de medicamentos.
Los expertos señalan que el tratamiento farmacológico debe adaptarse a los síntomas y a la gravedad de los mismos. En la actualidad, los más utilizados son los fármacos tópicos y los orales.
En el caso de los tópicos, éstos son más eficaces para tratar de forma aislada el órgano afecto. En esta categoría se incluyen antihistamínicos, descongestionantes y los más efectivos en rinitis alérgica, los corticoides intranasales.
En cuanto al tratamiento oral, los más utilizados son los antihistamínicos orales y los corticoides intranasales para controlar la congestión nasal.
“Siempre que sea posible es recomendable utilizar un antihistamínico de segunda generación debido a razones de seguridad, ya que producen menos efectos secundarios”, añaden.
Otros datos
Pronóstico
Casi todos los síntomas de la rinitis alérgica se pueden tratar. Los niños con rinitis son los que mejor pronóstico tienen ya que en algunos casos pueden superar la alergia a medida que el sistema inmunitario se refuerza frente al alérgeno.
No obstante, si la sustancia que genera la alergia es el polen, por ejemplo, es difícil que deje de afectar al paciente.
Factores de riesgo
La rinitis alérgica se produce por la interacción entre los genes y el entorno. Los principales factores de riesgo de la enfermedad son:
Los hijos de padres alérgicos tienen más riesgo de desarrollar la patología.
La exposición a los factores ambientales. Los especialistas señalan que existe una teoría, denominada hipótesis de la higiene, que defiende que las infecciones y el contacto antihigiénico podrían ofrecer protección frente a la alergia, mientras que un entorno estéril fomentaría su aparición.
Está demostrado que la contaminación afecta al desarrollo de la rinitis. Ésta es más frecuente en personas que viven en regiones con mucho tráfico de vehículos.
Diferencias frente a un catarro común
Los especialistas indican que es importante diferenciar la rinitis alérgica de un resfriado. De esta forma se podrán evitar complicaciones, como el asma.
“La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa debida a una causa alérgica, mientras que el resfriado común es un proceso infeccioso de la mucosa nasal y de la faringe, casi siempre de origen vírico”, explican los alergólogos Antonio Valero y Jaime Sánchez.
Estas dos patologías suelen presentar síntomas comunes, lo que dificulta diferenciarlos. El catarro puede ir acompañado de fiebre y los síntomas duran alrededor de una semana. Además, éstos son continuos durante todo el día. Sin embargo, la rinitis alérgica no suele ir acompañada de fiebre, sus síntomas fluctúan durante el día y dura más tiempo.
Rinitis durante el embarazo
Los síntomas de la rinitis pueden empeorar durante la gestación del feto y en muchas ocasiones pueden incluso provocar obstrucción nasal.
Respecto al tratamiento adecuado, los expertos advierten que los antihistamínicos llegan al feto por lo que sólo deberían administrarse sólo en caso de máxima necesidad. Los corticoides tópicos y las cromonas, en dosis habituales, no están contraindicadas en el embarazo. Sin embargo, los anticolinérgicos están desaconsejados en el primer trimestre de gestación.