Preocupante/El Nacional

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El Nacional

Se recibe como un suceso altamente preocupante el bloqueo con camiones y la presencia de pandilleros con armas largas por el lado haitiano en el paso fronterizo El Carrizal, Elías Piña, lo que motivó el cierre de esa puerta lindante y el reforzamiento militar en la zona.

Ese pudo ser un incidente aislado de los que ocurren con frecuencia en cualquiera de los puntos de ingresos o salidas de la frontera, pero días antes grupos de haitianos trataron de impedir por la fuerza a centenares de sus compatriotas cruzar hacia el mercado binacional de Dajabón.

La plaza de El Maizal no tiene la incidencia de compras y ventas de mercancía como en la frontera norte, pero cientos de compradores y comerciantes de Haití adquieren en el lugar productos agrícolas e industriales, lo que ayuda a movilizar la economía de Elías Piña.

Lo que se ha dicho es que comerciantes haitianos se quejan por el maltrato que les dispensa el personal militar dominicano en los mercados binacionales, especialmente en la incautación de mercancías que son llevadas a los cuarteles en vez de las zonas de aduanas.

Se sabe que autoridades edilicias de Dajabón y Elías Piña entablaron diálogos con representantes haitianos en procura de evitar conflictos relacionados con el trasiego de productos que se adquieren en esas plazas comerciales, sin que al parecer esas conversaciones hayan fructificado.

La frontera domínico-haitiana es altamente vulnerable a lo largo de sus más de 390 kilómetros en contrabandos, indocumentados, drogas, armas y mercancías de todo tipo, lo que obliga a autoridades militares y de Aduanas a redoblar vigilancia, aunque se admite la posibilidad de que ocurran excesos.

Lo más grave no ha sido el bloqueo de camioneros en el paso por El Carrizal o el intento de impedir por la fuerza la entrada de mercaderes a Dajabón, sino la presencia de pandilleros provistos de armas largas al otro lado de la frontera.

La Cancillería dominicana debería poner en auto a las autoridades haitianas sobre esta evidente provocación de grupos de vándalos que se dice controlan gran parte de territorio de Haití, en el entendido de que el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), no permitirá que esos delincuentes hagan de las suyas en el hilo fronterizo.